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miércoles, 25 de abril de 2012


Por la política ambiental en el estado
MÁS DE 614 MIL HECTÁREAS DE SELVA CONSERVADAS EN CHIAPAS
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- México es un país con gran diversidad de ecosistemas, como manglares, arrecifes, desiertos, bosques y selvas, que nos proporcionan gran cantidad de servicios ambientales para la vida diaria y nuestra entidad no es la excepción.
En Chiapas, contamos con una de las reservas naturales más grandes de Latinoamérica conocida como selva lacandona, ésta representa el 50 por ciento de las selvas tropicales húmedas que quedan en México y es la última selva inundable del Norte y Mesoamérica.
La selva lacandona genera servicios ambientales como la captura de bióxido de carbono que ayuda a mitigar el cambio climático global, la estabilidad del clima regional, la conservación del suelo y la transportación de nutrientes, entre otros, por ello es indispensable la concientización de la sociedad sobre su importancia y la coordinación entre instituciones y dependencias para realizar todas aquellas  acciones en pro de la conservación de este espacio natural.
Bajo este escenario, y con el objetivo  de conservar las 614 mil hectáreas de la región, se han establecido siete Áreas Naturales Protegidas, de las cuales la Reserva de la Biosfera Montes Azules es la de mayor superficie y gran riqueza biológica.
Precisamente mediante instrumentos como el Pago por Servicios Ambientales (PSA), estas zonas pueden conservarse y  en Chiapas, el gobierno de Estado junto con la federación impulsan la  participación de los habitantes de las comunidades de la selva, de ahí la ejecución desde hace más de un año del programa de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Evitada (REDD+) para la Selva Lacandona, como una acción temprana de este proyecto.
Se trata de un mecanismo por el cual el gobierno otorga un pago mensual por hectárea a los dueños de la selva para conservar el ecosistema y los servicios ambientales que provee, así se evita el incremento de emisiones a la atmósfera por degradación o deforestación.
Nahá, Metzabok, Lacanjá, Ojo de Agua Chankin, Frontera Corozal, Nueva Palestina y Chansayab  son las comunidades que reciben este recurso y  debido a que cada vez el manchón forestal en Chiapas que comprende la Selva Lacandona se ha venido reduciendo, existe el acuerdo con los ejidatarios para buscar un mecanismo que  frene el impacto  de los cambios de uso de suelo y que las 614 mil hectáreas que existen definidas como reserva se mantengan como tal.  
Para poder garantizar el desarrollo del programa y generar un compromiso, se realizó el “Pacto por la Conservación de la Madre Tierra, donde los comuneros se comprometen  a no generar más cambio de uso de suelo a cambio de la capacitación y generación de herramientas para que ellos generen su inventario y al mismo tiempo sean ellos los principales dueños de la información. 
Con este apoyo se pretende que ellos destinen el recurso para realizar acciones de conservación de la selva como evitar las actividades de cacería, invasiones, tala ilegal, tráfico de especies…además de la captación (inventario) del equivalente de toneladas de carbono que se generan en la región.
Por otro lado, es importante mencionar que en la Selva Lacandona, se conserva la quinta parte de la diversidad biológica de México, entre las que están el 30 por ciento de las especies de mamíferos y el 50 por ciento de las aves, muchas de estas especies se encuentran en peligro de extinción como la guacamaya roja, el águila arpía, el jaguar, el tapir, los monos araña y saraguato y el cocodrilo de pantano.
Derivado de esto y como parte de  las acciones que ejecuta el Gobierno del Estado de Chiapas, puso en marcha el programa de Monitoreo para la Conservación del Jaguar de la Selva Lacandona, donde la Secretaría de Medio Ambiente ha trabajado directamente con los ejidatarios que conviven en la reserva de Montes Azules y otros lugares aledaños como Lacantún, Chankin, Bonampak, Yaxchilán, con talleres y platicas de educación ambiental para concientizar a los pobladores.
El monitoreo consiste en un mecanismo de   fototrampeo donde se documentan las presas vivas potenciales para la supervivencia de estas especie, obteniendo un fotoregistro de las mismas.
Mediante diversos estudios realizados por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), Semahn y organizaciones no gubernamentales especializadas en materia de medio ambiente, se estima que aún se cuenta con una población de 100 jaguares dentro de la reserva en condiciones naturales.
Se pretende que esta cifra de ejemplares incremente al continuar con las alternativas de ecoturismo para el sustento de las familias, el pago REDD plus y el trabajo de campo, incidiendo directamente en la concientización de la población que convive con la reserva.

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