Iglesias metiches; no ven su propia viga.
Víctor M. Cruz Roque
A los impolutos representantes de las
iglesias, sobre todo la católica, apostólica y romana, la más criticona y
metiche en cuestiones que no le son propias de su agenda evangelizadora, bien
vale la pena recetarles las sabias palabras de su guía espiritual.
En Lucas 6, 41,42 de las Sagradas
Escrituras, el redentor, que en días pasados se recordó su crucifixión, se dice
que sentenció: “¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves
la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: “Hermano, deja
que te saque la paja de tu ojo”, tú que no ves la viga que tienes en el tuyo?
¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar
la paja del ojo de tu hermano”.
Eso es lo que son: una pléyade de
hipócritas vestidos de santurrones, que ahora se erigen como poseedores de
autoridad moral, ética, política y social para señalar yerros y desvíos en
otros, cuyo ámbito de acción no les incumbe, porque ellos están dedicados a la
salvación de almas, por cierto con tanto desatino y promiscuidad, que vician
sus propósitos pastorales.
La
CEM, metiche.
Lo último es el pronunciamiento oficial
de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), que calificó como un actuar
cínico de los partidos políticos, que en el inicio del proceso electoral en
curso han evidenciado una serie de conductas transgresoras de la legalidad, las
constitucionales, no las bíblicas ni inscritas en el derecho canónigo, por
cierto.
En el editorial del semanario “Desde la
Fe”, se hacen una serie de señalamientos flamígeros en contra de las
instituciones partidistas, que son construcciones organizacionales
estrictamente reguladas por las leyes terrenales apegadas a la
institucionalidad, fuera del entorno eclesial, que es la materia prima que debe
ocuparlos y preocuparlos.
“Una de las prohibiciones es que los
servidores en activo no muestren preferencias políticas y prohibir la inversión
de recursos públicos en beneficio de candidatos y partidos. No es posible tomar
ventajas al usar al gobierno para afianzar el poder; sin embargo, desde las
precampañas y en el inicio del periodo de campañas, los electores son testigos
de la deshonestidad, prepotencia, desacato y cinismo de contendientes
contrariando la reforma electoral”, refiere la máxima instancia jerárquica de
la iglesia católica mexicana. Y se lanza contra todos: PRI, PAN, PVEM y PRD
principalmente.
“México padece el mal desafortunado
donde servidores públicos pueden moverse en la impunidad más absoluta porque
creen estar por encima de la ley. No obstante, la ciudadanía reclama el mínimo
de coherencia por ser ésta una nación muy lastimada por los partidos y exige de
ellos transparencia y sinceridad en sus aspiraciones”, señala la publicación.
No es el fondo de las aseveraciones
hechas lo que se cuestiona, sino el portavoz, el que la hace de denunciante de
un esquema que efectivamente es un verdadero cochinero y una especie de
aquelarre de corruptelas y violaciones al marco jurídico que nos rige. No le
corresponde a la iglesia hacerlo, porque la viga que ellos portan en los ojos
está igual o peor de podrida a como la tienen los partidos políticos.
Lo deseable entonces, es que se imponga
la ley para evitar que los menesterosos ensotanados se abroguen una facultad
que no les corresponde porque se los impide la propia ley.
La
viga en el ojo ajeno.
Nadie les ha cuestionado a ellos el
lucro y la mercadería excesiva e insultante en que han convertido su misión
evangelizadora. Hasta hoy, la clase política se ha mantenido en cierto modo
tolerante de los desvíos en que incurren los miembros de las iglesias, ni
tampoco se sabe, por decirlo en otras palabras, que algún político haya
intentado subir al púlpito para oficiar misa.
Los escándalos de las iglesias, sobre
todo los relacionados con la pederastia y otros abusos; la complicidad que han
mantenido con los grupos de poder económico; el encubrimiento que muchas veces
hacen de violadores de la ley como en el caso de los narcotraficantes y otras
conductas más, colocan a los señores vestidos de púrpura como incapacitados
para hacer señalamientos y tratar de influir en las decisiones que solamente le
corresponden a los ciudadanos no a la feligresía.
Y sí, habría que recordarles a estos
irreprochables fariseos las expresiones del que murió en la cruz hace más de
dos mil años, precisamente al inicio de su
ministerio, cuando acude al tempo de Jerusalén: “Mi casa será una casa
de oración”, ¡pero ustedes la han convertido en una “guarida de ladrones”!.
(Juan 2: 11-14 y16; Marcos 11: 7 y 17; Lucas 35-46 y Mateo 21: 1-13)
EN
CONCRETO.
A propósito de que el diputado Luis
Fernando Castellanos Cal y Mayor sorpresivamente apareció en el lugar número 1
de las candidaturas a diputados de representación proporcional que presentó el
PVEM ante el INE, y que el también legislador Emilio Salazar Farías fue
postulado por ese mismo partido en coalición con el PRI por el IX distrito, se
percibe que las posibilidades de otros pretensos que se les menciona
insistentemente para la postulación por la presidencia municipal de Tuxtla
Gutiérrez, aumentan. En esa tesitura se encuentran el diputado federal Willy
Ochoa Gallegos; el secretario de Infraestructura del gobierno estatal Bayardo
Robles Riqué e incluso el presidente del CDM del PRI en la capital del estado
Noé Castañón Ramírez.
Las opiniones son divergentes entre
quienes aseguran que Cal y Mayor todavía posee posibilidades reales, porque
llegado el momento de las definiciones, simplemente “se correría” el listado
inscrito ante la instancia electoral, pero otros aseguran que esta es una
posibilidad remota, porque el espacio “ya está reservado” para quien asumirá la
candidatura que ha despertado más interés entre la clase política, los
ciudadanos y la opinión pública estatal.
Como quiera que sea, lo cierto es que
los dos partidos mencionados poseen amplias posibilidades de lograr “carro
completo” en las diputaciones federales.
Esa es la percepción que se posee en el ámbito
electoral, y es alimentada sobre todo por lo flácidas que están las propuestas
de los demás partidos en todo el estado, que han acudido al reciclaje de más de
lo mismo o de plano le han alzado las
manos a totales desconocidos, sin peso especifico y carentes de atributos
políticos y de propuestas para convertirse en reales alternativas.
Los opositores no han entendido que una
campaña de proselitismo no solo se realiza con gritos y sombrerazos ni que los
votos les caerán del cielo o por simple inercia de su condición como tal.
Retomando el caso de Tuxtla Gutiérrez,
lo que se observa solamente es la movilidad que están teniendo el candidato del
lX distrito Emilio Salazar Farias—que abarca la parte nororiente del municipio
y en la otra, el VI donde va Sasil de León Villard con sede también en Tuxtla
pero que abarca la parte suroeste además de Acala, Chiapa de Corzo, Chiapilla,
Chicoasén, Ixtapa, Las Rosas, Nicolás Ruiz, Osumacinta, San Lucas, Soyaló,
Suchiapa, Totolapa y Venustiano Carranza.
APUNTES.
PT:
más de lo mismo.
Severas críticas ha recibido el petista
Amadeo Espinosa Ramos, quien nuevamente se le ve en la fórmula número 1 de ese
partido en los listados plurinominales. Para variar, el ex dirigente de la
sección VII del SNTE también “se agandalló” la candidatura uninominal por el IX
distrito, lo que significa que de acuerdo a sus cálculos políticos nuevamente
será ¡por tercera vez! diputado federal.
Como siempre suele suceder en el reparto
de las posiciones, la cofradía liderada por Espinosa Ramos otra vez se repartió
las mejores tajadas del pastel. Son los mismos que ofertan lo mismo desde hace
ya varios procesos, solo que ahora, en la orfandad y sin AMLO, difícilmente
lograrán superar el 3% de los votos requeridos para su subsistencia
parasitaria.
Es todo, gracias.
Sígame en Twitter: @victormanuelcru
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