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jueves, 29 de septiembre de 2016

ESTE 30 DE SEPTIEMBRE HABRÁ LUNA NEGRA, DESCUBRE SU RELACIÓN CON LA DIOSA MADRE Y CÓMO TE AFECTA

Harmonía / 2016-09-29
▪Cuando meditamos sobre una deidad estamos meditando sobre los poderes de nuestro propio espíritu y psique. El objeto reverenciado y venerado no es un término final, sino una personificación de la energía que reside en el interior de cada individuo".
Joseph Campbell
Este viernes 30 de septiembre ocurrirá un interesante fenómeno astronómico que sólo podemos presenciar cada 32 meses, la cara iluminada de la Luna será opacada por la sombra de la Tierra ocasionando una segunda Luna Nueva que se conoce como Luna Negra. Este fenómeno no tiene un horario específico, se podrá observar en nuestro hemisferio durante toda la noche. Regularmente, cada ciclo lunar sólo tiene una Luna Llena y una Luna Nueva, pero cada tanto, las órbitas de la Luna y la Tierra adoptan posiciones que permiten inusuales acontecimientos como la Luna Negra y la Luna Azul (que ocurre cuando hay dos lunas llenas en un mes).
¿Cómo nos afecta la Luna Negra?
Desde tiempos muy antiguos, la Luna Negra está asociada con la presencia de un aspecto de la Gran Diosa Madre que muchos identifican como Lilith. Culturas primigenias, como los sumerios, la adoraban bajo el nombre de Ishtar o Lamastu, pero con el paso del tiempo y la hegemonía de la cosmovisión judeocristiana, pasó de ser una diosa a un demonio. Lilith es una deidad femenina libre que no se apega a los lineamientos de la razón y la lógica sino a la Naturaleza, es por eso que se considera peligrosa para algunas morales religiosas.  Además, Lilith nos enseña que es posible vivir sin ataduras de todo tipo: materiales, económicas, emocionales e incluso morales para convertirnos en quienes realmente somos. La Luna Negra es una gran oportunidad para reconectar con nuestra parte más libre y primitiva.

Esta Luna Oscura nos enseña que podemos dejar que el Universo fluya a través de nosotros sin interponer nuestro Yo, es decir, romper las barreras del ego y la angustia en pos de la transformación espiritual. La oscuridad en este caso no simboliza falta sino apertura, espacio para la llegada de algo nuevo y distinto, por lo que hay que permanecer abiertos y confiados. La "ausencia" de la Luna también es una lección de desapego, este viernes es un gran momento para soltar, dejar ir personas, relaciones y objetos materiales que ya no tienen lugar en nuestra vida para redescubrirnos realmente libres.

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