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lunes, 30 de enero de 2017

LLUVIAS FAVORECEN LA FLORACIÓN DE LOS CAFETALES.

Tapachula Chis; Juan Manuel trinidad .- Los vientos registrados en las áreas de montaña dedicadas a la siembra del aromático grano ponen en peligro la floración de las plantaciones en las 140 mil hectáreas dedicadas al cultivo, por ello el Centro de Agroecología San Francisco de Asís recomendó a los productores a implementar nuevas alternativas ante las afectaciones del cambio climático.
Es una especie de las tierras altas con un período de floración que es marcadamente susceptible al exceso de tiempo lluvioso. Las plantas continúan su desarrollo vegetativo durante la temporada seca, pero entran en plena floración dentro de unos cuantos días o semanas después de que se ha iniciado la temporada de lluvias. Más o menos el 60% del gasto requerido en la producción de café, lo constituye el costo de la recolección de las cerezas; consecuentemente, una sola cosecha anual como la que se podría obtener en las áreas que tienen una temporada húmeda, es menos costosa para el productor, que dos cosechas anuales en aquellas áreas que tienen dos períodos cortos de lluvia.
El Director del Centro de Agroecología San Francisco de Asís, Jorge Aguilar Reyna, afirmó que cada vez más el cambio climático afecta al sector cafetalero y es que a inicios del año se han presentado rachas de viento a consecuencia de los frentes fríos, por lo que temen que en caso de que incrementen su fuerza e intensidad pueda impedir que se cumpla la etapa de floración en la plantaciones de alta calidad ubicada en la Sierra – Soconusco.
Dijo que si los vientos son más fuertes pueden dañar la floración que se ha comenzado a presentar luego de la caída de las lluvias atípicas registradas en la zona alta de los municipios productores, por lo que al no cumplirse esta etapa, no habrá yema, ni fruto y por ende ni producción.
Señaló que por ello mencionó para enfrentar el cambio climático se ha recomendado a los productores implementar una alternativa denominada “cambios de adaptación” y la más recomendable es la agricultura bajo sombra, la cual proteja de vientos y de sequía que son los principales efectos que se mermado la producción en los últimos años.
Enfatizó que hacer un manejo agroecológico permitirá a los productores protegerse de las afectaciones por el cambio climático, entre las medidas que se recomiendan, es sembrar bajo arboles rompe vientos, el uso de fertilización orgánica y evitar siembras bajo sol, ya que según estudios de expertos señalan que los meses de enero y febrero es el periodo cuando mayor es el impacto negativo que sufren las plantas por la sequía.
Para finalizar mencionó que las zonas de agricultura tropical son las más expuestas al cambio climático, son donde más daño se presentan, tanto económico, migración y de cosechas perdidas pueda presentarse, por ello es importante que los productores implementen alternativas de adaptación.
El café se cultiva en lugares con una precipitación que varía desde los 750 mm anuales (7.500 m3/ha) hasta 3000 mm (30.000 m3/ha), si bien el mejor café se produce en aquellas áreas que se encuentran en altitudes de 1200 a 1700 metros, donde la precipitación pluvial anual es de 2000 a 3000 mm y la temperatura media anual es de 16ºC a 22ºC. Pero aún más importante es la distribución de esta precipitación en función del ciclo de la planta. Podemos decir que el cultivo requiere una lluvia o riego abundante y uniformemente distribuida desde comienzos de la floración hasta finales del verano para favorecer el desarrollo del fruto y de la madera. En otoño sin embargo es conveniente un período de sequía que induzca la floración del año siguiente.
Los cafetos jóvenes deben tener sombra continua desde la época en que se les trasplante, consecuentemente, resulta necesario trasplantar los árboles de sombra con uno o dos años de anticipación. El espaciado que se da a los cafetos se determina principalmente por la altitud de la plantación. La distancia comúnmente usada en la siembra del café arábigo es de 2,0 x 2,5 m, lo cual da más o menos 2,000 árboles por ha. Otro método de siembra consiste en el doble trasplante al principio. Después los árboles alternos se eliminan cuando empiezan a resultar demasiado aglomerados y los rendimientos empiezan a bajar.
La densidad de plantación influye, según estudios recientes, en las propiedades físico – químicas del suelo modificándolas en gran medida. Así al aumentar esta densidad, se incrementa el pH del suelo, el Ca, Mg y K intercambiables, el P y carbón orgánicos disponibles, y se reduce el Al disponible. Incrementando la superficie cubierta por los árboles, decrece la erosión del suelo por las lluvias, disminuye el lixiviado de nutrientes, y en general, el ciclo de nutrientes en el suelo se ve favorecido, afectando todo ello al mejor manejo de la plantación.



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