Translate

Vistas a la página totales

miércoles, 28 de junio de 2017

DE FACTO//Manuel Velasco… enfermo, de gravedad//La pobreza en Chiapas… ¿Sin pobres?

Miguel Angel Culebro Acevedo (Agencia 55)
Manuel Velasco… enfermo, de gravedad.
La pobreza en Chiapas… ¿Sin pobres?
Si hay a quien insistentemente han calificado como “un peligro para México”, sin duda alguna, Manuel Velasco es un peligro para Chiapas, que agudiza su tiranía en la mayoría de los casos en estado consciente, como permitir el enriquecimiento ilícito de sus subordinados, cuya acción emula de Enrique Peña Nieto, formando una caterva, con simulación y engaño, para obtener el aplauso y reconocimiento en su soledad.
El diagnóstico clínico nadie se atreve a darlo a conocer públicamente, sin embargo, su enfermedad está en fase de gravedad, conforme pasan los últimos meses de su “reinado”.
El gobernador de Chiapas, que resultó para sorpresa de la auto llamada “clase política” la sorpresa de mucha popularidad, con el mayor número de votos en la historia electoral de este saqueado rincón del sureste mexicano, -más de un millón de papeletas a su favor en las urnas-, porque su antecesor, Juan Sabines Guerrero le puso a su disposición todo el dinero necesario y la estructura gubernamental, incluida la de los municipios, para a modo, ser no solo la tapadera de la inmundicia heredada, sino además, trascender más allá de un sexenio, para endeudar aún más el estado y saquear lo que Juan no pudo llevarse.
“Manolo”, como lo ha llamado Peña Nieto desde que Carlos Salinas de Gortari se lo recomendó en 2012 para hacerlo gobernador, es un joven-adulto obsesivo, que arrastra una serie de frustraciones desde su infancia, que al paso de los años ha incrementado su egolatría y su soberbia, resultando a estas alturas del poder que ejerce, un paranoico y, no es para menos; el impacto de la orfandad paternal y la pérdida de su abuelo, que vio obligado a su madre a trabajar en la Ciudad de México, lo llevó refugiarse en la soledad, para ir madurando la idea de ser algún día un hombre poderoso y despiadado, para cobrar la venganza de haber perdido lo más importante de su vida y desquitarse con la sociedad.
El delirio de persecución que diariamente se incrementa en su persona, lo hace huir de la muchedumbre, ante la satanización de su envergadura, que lo lleva nuevamente a sus años de soledad púber, indefenso ante la otrora aclamación social preelectoral, en contraste, por el reclamo de lo incumplido y por los gritos de hartazgo por el pillaje que le etiquetan a él y a su madre, de enriquecimiento ilícito y por seguir permitiendo a sus subordinados hurtar el dinero público, “justificando” que en Chiapas “no hay dinero”. Hoy hace algunos recorridos en la entidad, lejos de la gente y con tremendo cerco policiaco para resguardar su seguridad. Solo.
“Manolo” está viviendo los días más cruciales de su vida, al írsele de las manos la oportunidad de acariciar la silla presidencial como cuya, cuya ambición demencial lo orilla a incrementar su tiranía con el pueblo que lo elevó ilusoriamente a la gubernatura, creyendo erróneamente en su juventud como fórmula de cambio y prosperidad para los chiapanecos. Todos se equivocaron y hoy, pese a que lo detestan, la inmensa mayoría de coterráneos no hace más que maldecirlo “de dientes para afuera”, suplicando con sarcasmo que ya se vaya y con la absurda ilusión de que “con el próximo gobierno las cosas se compondrán”… absurdo, pero cierto; así llevamos 50 años de larga espera.
Su facilidad para mentir a casi cuatro millones de chiapanecos al asumir el poder, llevando cada día al rincón de la pobreza alimentaria a casi tres millones de seres esperanzados del campo, las zonas indígenas y las principales ciudades, incluida la capital del estado, se fue diluyendo, incrementando el desempleo, la quiebra de empresas de todos los tamaños, incluidas varias constructoras y valiéndole menos que nada la vida humana, que muchos empresarios perdieron la vida al perder todo su capital, ante la negativa de pagarles lo que les prometió, incluido las deudas que dejó Juan Sabines al final de su sexenio y que existen como pasivos en las dependencias de este desastroso gobierno. De ese tamaño es su tiranía, se vanidad y su indiferencia por su demente obsesión.
La simulación y el engaño ha sido la constante de su actitud. La perversidad con que sigilosamente asciende a la mafia del poder nacional, es el contraste para saquear las arcas públicas y mandar no solo a incondicionales, sino dinero público a invertir en otras entidades para procesos electorales, como ha quedado registrado públicamente en las elecciones de Quintana Roo, Oaxaca y principalmente el estado de México. Pretende acomodarse para lograr la impunidad y tras sus ocurrencias, oídas cabalmente de sus asesores, le apuesta a un frente amplio opositor para enfrentar a Morena, cuya perspectiva para el 2018 le quita el sueño, exponiéndose a ser uno más de los gobernadores que anduviera a salto de mata… huyendo.
Para reafirmar su incondicionalidad a Peña Nieto y guardar el mayor dinero posible para esa elección, la nueva ocurrencia es despedir a partir de la próximo semana a miles de trabajadores de todas las dependencias del gobierno del estado, incluidas la de organismos descentralizados y hasta “autónomos”, para incrementar el desempleo y las maldiciones en su contra.
Fue el secretario de Gobierno, Juan Carlos Gómez Aranda, quien reunió a todo el gabinete, incluido el “ampliado” para darles a conocer la noticia, disfrazada de ejercer la responsabilidad de cada uno en su área, “para dar la respuesta que los chiapanecos merecen”. Atender los asuntos pendientes, les dijo, -en otras palabras- y no precisamente el de resolver los rezagos, pese a la intervención del secretario de Hacienda, Humberto Pedrero, quien selló con esa simulación, no pagar, no resolver, sino poner en orden la entrega recepción, por si Morena gana en 2018 y cada quien, “sálvese el que pueda”.

La demencia de Manuel Velasco es grave y se ha convertido en un peligro para Chiapas, que cada día resentimos los chiapanecos. Pero lo más grave es que en Chiapas hay pobreza extrema… ¿sin pobres? Todo es simulación y engaño… ahí está pues… ¡YA!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario